consensos para solucionar los problemas más urgentes de la sociedad.
34. La vehemencia es diferente a la altanería. La primera demuestra carácter, la segunda inseguridad.
35. Popularidad no es sinónimo de credibilidad.
36. Hablar más de la cuenta es igual de inconveniente que callar por cobardía.
37. El liderazgo es ante todo un ejercicio humano.
38. El liderazgo trascendental tiene estilo y sello propio, no imita.
39. Liderazgo es acción, no teoría.
40. El propósito del líder no debe reducirse al cumplimento de indicadores, sino a la construcción de relaciones y confianza con los demás.
41. En los momentos de dificultad, la neutralidad puede ser excusa de la cobardía.
42. Detrás de las cifras hay vidas humanas. No olvidarlo.
43. La percepción no es un tema menor.
44. No vale la pena desgastarse con los radicales, cualquier cambio en su pensamiento será un proceso de experiencias y no de los argumentos que puedan presentarse en una discusión.
45. Conviene tener buenas relaciones en todas las orillas.
46. En ocasiones el cambio es necesario, no hacerlo es negligencia o soberbia.
47. La política del siglo XXI se hace con ideas, innovación y uso de tecnología. La nueva maquinaria es la ciudadanía empoderada.
48. Puede haber discrepancias en las ideas, más no en los principios con las personas con quien uno se rodea.
49. El debate político se gana proponiendo y mostrando conocimiento, no dividiendo e incendiando.
50. La ideología no puede ser una venda que cubra la realidad.